Presentación


La fotografía está inmersa en uno de los procesos de transformación más importantes de su historia. El desarrollo y la implantación de las tecnologías digitales está produciendo cambios en nuestra manera de generar, intercambiar y consumir fotografías. Y esos cambios de naturaleza en el modo de plasmar el mundo en imágenes implican, en realidad, cambios en nuestro modo de ver el mundo.

Las Jornadas Photo 2.1, organizadas por Cienojos para el Centro Puertas de Castilla de Murcia, nacen con la ilusión de convertirse en un punto de encuentro entre profesionales, teóricos, autores y aficionados, desde el cual se pueda reflexionar e intercambiar conocimientos sobre las nuevas tendencias en la creación y la comunicación fotográfica generadas por el auge de Internet, las redes sociales y las tecnologías digitales.

Se estructurarán en torno a diferentes actividades: conferencias, impartidas por destacados teóricos del ámbito universitario español, que nos acercarán a conocimientos imprescindibles para comprender lo que está ocurriendo; mesas redondas, integradas por profesionales del sector, fotógrafos y bloggeros, en las que se debatirá sobre cuestiones de actualidad y se analizarán las últimas tendencias; microtalleres orientados a proporcionar de forma breve conocimientos muy prácticos sobre los nuevos medios que estamos utilizando, y una exposición de Joan Fontcuberta sobre su último trabajo con fotografías de la red, que nos acompañará durante todo el desarrollo de las jornadas.

Comisariado:   
Mónica Lozano (Cienojosmonica@cienojos.org 

Ayudante de comisariado:
Victor Soriano (Fotowaton) fotowaton@gmail.com


La fotografía digital
En los años ochenta comenzó el desarrollo de la tecnología digital fotográfica y los esfuerzos de la industria por introducirla en el mundo profesional, aunque ha sido en las últimas dos décadas, con su aceptación masiva por el ámbito amateur, cuando se ha consolidado. Pero este cambio tecnológico no es un fenómeno aislado y su comprensión requiere la inclusión en un contexto más amplio. No estamos viviendo la sustitución de una tecnología de producción de imágenes por otro. Estamos viviendo un auténtico cambio cultural.
Si las imágenes fotográficas sirven para informar, documentar, presentar evidencias, educar, entretener, generar deseos, construir identidades y anclar nuestra memoria, entre otras muchas funciones, el cambio que las tecnologías digitales están produciendo en el modo de generar, intercambiar y consumir tales imágenes denota que estamos viviendo un momento histórico importante y que los cambios de naturaleza en el modo de plasmar el mundo en imágenes, en realidad, son cambios en nuestro modo de ver el mundo y de aproximarnos a él, cambios en nuestra forma de conocer el mundo.
Los puntos de vista teóricos sobre el fenómeno están en continua evolución y caducan vertiginosamente. De una primera percepción de estas tecnologías como una amenaza a la "verdad" fotográfica analógica, por la ruptura del vínculo imagen-referente que hacía posible, por primera vez en la historia del medio, la construcción de fotografías con herramientas que no necesitaban la presencia del objeto o el modelo ante la cámara para generar imágenes de apariencia realista, a la euforia tecnófila que veía infinitas posibilidades creativas en el nuevo medio, que luego han resultado no ser tantas o llegar de forma más lenta de lo esperado.

La preocupación por la desaparición de las funciones tradicionales de archivo y memoria atribuidas a la imagen fotográfica también se ha disuelto en los últimos años. Vivimos en la era de las imágenes deshechables, un momento en el que lo importante en el acto fotográfico como experiencia, no la preservación de las fotografías en álbumes de papel. El dueño de una cámara de fotos no puede parar, está en continuo movimiento, ha multiplicado por mil el número de imágenes que hace cada año, aunque eso no le preocupa, de momento. Y cuando no lleva la cámara en el bolsillo, cuando se sienta delante de un ordenador a editar las fotos, y las publica en internet o las manda revelar online, se convierte en un usuario activo que contribuye a seguir dinamizando el proceso que, a su vez, lo estimula, en una retroalimentación infinita.

La web 2.1
Dicen los expertos en el tema que la web 2.1 es una versión mejorada de la web 2.0. Con tan sólo cuatro años de antigüedad, la web 2.1 orienta su interés hacia las redes sociales participativas y el protagonismo del usuario encuentra su valor como nodo de las mismas. Mientras la revolución de la web 2.0 fue que cualquiera podía generar contenidos (blogosfera), no sólo leerlos, la web 2.1 resta valor a la calidad de esos contenidos y da importancia a la conexión entre esos contenidos y al hecho de que estén generados en colaboración.

En realidad, nos encontramos, una vez más, ante un cambio cultural, una revolución que anticipa el fin de la era de los blogs, al menos de los blogs-islas, entendidos como manifestaciones personales aisladas en las que los contenidos eran generados individualmente, y propone un nuevo modelo creativo y de acción en el que lo importante es la participación colectiva y el desarrollo de relaciones más allá de lo virtual.

De manera análoga a lo ocurrido con la fotografía digital, la web 2.1 considera el contexto fundamental para anclar el sentido de lo que dentro de ella se produce. El contexto, entendido como el conjunto de redes sociales que la componen y las relaciones que se establecen en su interior, es el que contruye la red y la dota de identidad. Pero también ayuda al usuario a definirse respecto a ella, potenciando su creatividad y orientando su producción hacia la colectividad.

Para que este cambio sea posible ha sido necesario desarrollar nuevas herramientas, como los sindicadores de contenidos, que permiten al usuario mantenerse informado de forma instantánea de las últimas actualizaciones de sus páginas favoritas, el software colaborativo, que ha facilitado el trabajo en red de forma eficaz, o las aplicaciones online, que acaban con el concepto de usuario anclado a su ordenador personal, y lo sustituyen por el de usuario "nómada", capaz de desarrollar su trabajo desde cualquier ordenador disponible, siempre que se esté conectado a la red, por supuesto.

Es decir, a modo de conclusión y en palabras de David de Ugarte, "el mundo que empieza en la web 2.1 es, definitivamente, un mundo en el que todo lo descrito hasta ahora se materializará en más y más potencia para las personas y las redes de las que formen parte".